Una nueva generación de empresas emergentes quiere interrumpir la forma en que se construyen las casas mediante la automatización de la producción de impresoras 3D industriales. Este método utiliza máquinas para depositar capas delgadas de plástico, metal, hormigón y otros materiales para que este uno encima de la otra, produciendo eventualmente objetos tridimensionales de abajo hacia arriba. En los últimos años esta tecnología ha sido usada para crear principalmente pequeñas cantidades de artículos especializados como piezas de automóviles o prótesis, lo que permite a los consumidores o empresas producir justo lo que necesitan, utilizando las maquinas en casa o en el trabajo.
De esta manera, una pequeña cantidad de empresas emergentes de todo el mundo están aplicando la impresión 3D a la construcción de viviendas, diciendo que este método es más rápido, más barato y más sostenible que la construcción tradicional. Estas tecnologías podrían absorber la grave escasez de viviendas que han provocado un aumento vertiginoso de los precios de las viviendas. Pero este método sigue siendo un nicho para varias empresas de construcción, por lo que se debería de aumentar significativamente la producción y persuadir a los compradores de viviendas y desarrolladores que las casas hechas con materiales en 3D son seguras, duraderas y agradables a la vista. También se necesita capacitar a los trabajadores para operar este tipo de máquinas e instalarla en las viviendas.
También se menciona que las imprentas podrían ahorrar enormes cantidades de madera , metal y otros materiales de construcción desechados que se tiran en vertederos cada año. Por otro lado, la impresión 3D reduce la necesidad de mano de obra en un momento en que los constructores de viviendas luchan por encontrar suficientes trabajadores calificados para satisfacer la demanda de viviendas. Otra ventaja es que una impresora 3D puede hacer el trabajo de 10 a 20 trabajadores en cinco o seis oficios diferentes y a diferencia de los humanos, las máquinas pueden funcionar hasta las 24 horas de día, que ahorra tiempo y dinero a los desarrolladores.
Así mismo, en el almacén de la fábrica de Mighty Buildings en Oakland, California, hay una impresora 3D que deposita capas delgadas de un material similar a la piedra que se endurece rápidamente bajo la luz ultravioleta y es resistente al fuego y al agua. Los paneles de las paredes se imprimen en una capa a la
vez y luego se rellenan con una espuma aislante mientras que unos brazos robóticos terminan las superficies con varios diseños. Sin duda es un método innovador que se espera que en un futuro varias constructoras opten por este modo de construcción.
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